miércoles, 19 de mayo de 2010

Salid y divertiros



Estábamos en capilla y tengo que confesar que, aunque no lo supieran, estaba más nerviosa que ellos. Llevo tres años trabajando en esto, era la primera vez que me presentaba delante de más de cien personas y decía: "Sí, yo dirijo a esta panda de terroristas musicales, ¿ a que mola?".

Porque molan. Ya sé que no son el Dream Team, pero tampoco yo soy Johan Cruyff. Se hace lo que se puede, y lo brillante es explotar lo mejor de lo que se tiene. Y mi grupo tiene peculiaridades musicales varias, pero admitámoslo, hay dos cosas en las que son insuperables:
hacer el burro y montar saraos.

Por eso, cuando me los encontré en corro, haciéndose recomendaciones del estilo "no perdamos nuestras posiciones, no desafinemos el puente de la segunda canción, cuidado con gritar, cuidado con perder el compás en el estribillo", me sentí culpable. He sido ambiciosa, y bastante dura con ellos, pero no quería que salieran a su concierto más importante con la cabeza llena de mis manías. Porque entonces, no serían ellos mismos, y este grupo, en sí, es un espectáculo.

Así que San Johan Cruyff vino a mí, y les dije: ¡Ya basta! ¡Salid y divertiros!

Y las señoras de sesenta años saludaron a sus nietos, las mezzos se movieron sistemáticamente al revés, los bajos no dieron ni una nota, a la solista se le quebró la voz, y las contraltos perdieron el compás. Triunfaron. Y yo me sentí tan afortunada.

3 comentarios:

Ana Gordillo dijo...

Enhorabuena! me habría encantado veros como siempre :D

Me dijo...

Fue impresionante. Y emocionante.
Y ahora tengo que ponerme a currar como una loca para superarte!

Un beso

Miyavi dijo...

Cuánta competitividad! ains!