viernes, 28 de marzo de 2008

Termodinámica

Supe que de algún lejano rincón de otra galaxia, el amor que me darías transformado volvería, un día, a darte las gracias...porque cada uno da lo que recibe, y luego recibe lo que da...Nada es más simple, no hay otra norma, nada se pierde, todo se transforma.

Bálsamo sobre las heridas. Eso es justamente lo que quiero creer, exactamente eso, llamále karma o termodinámica...

A otra con ese cuento

La Ricci está en el mercado. Después de su comunicado oficial, creo que no ha habido lesbiana soltera que no haya posteado en su blog. Si esto fuera un cuento de hadas, la Ricci sería la heredera del reino anunciando un baile.

A Cenicienta el anuncio de la Ricci le ha puesto un poco triste, porque le ha hecho pensar que, efectivamente, algunas personas inteligentes saben cómo rehacer su vida después de una ruptura amorosa, y además, se ha dado cuenta de que clemen corresponde precisamente a ese tipo.

Que más te da, le dicen los ratoncitos. La Cenicienta les da con la escoba. Se acabó el cuento y la reflexión inútil. A ratos odio la primavera.

lunes, 24 de marzo de 2008

Así de alta

Llevo cinco días encerrada en esta maldita universidad, (torturada por el advenimiento de los exámenes y con ellos, del mismo fin del planeta...), y mientras tanto, la primavera está llegando a la ciudad.
Me siento como un niño en un parque de atracciones a las que no se puede subir porque no llega a la altura mínima necesaria. Mis amigas se suben a los autos de choque y a las montañas rusas y yo no puedo.
No llego a la línia de corte: soy emocionalmente bajita...me ahogaría hasta en la piscina de bolas y me chafarían en el castillo infantil. "Tienes que ser así de alta para poder jugar con los mayores."
No hay derecho. A ratos tengo la sensación de que en lugar de crecer, estoy menguando.

domingo, 23 de marzo de 2008

Bom feeling


Andrea es un pájaro de temporada. Tiene alas en los pies. Aterriza en Barcelona tres veces al año, y aunque nunca quedamos, de alguna manera misteriosa nos encontramos en algún lugar de la ciudad. Siempre tiene cosas alucinantes que contar. Unos meses en Finlandia, un rodaje en Cuba, proyectos surrealistas y conocidos tan extravagantes y exóticos como ella misma.

Cinco minutos comiendo un bocadillo de rúcula, berenjena y queso brie han sido suficientes para llenarme la cabeza de paisajes lejanos, palabras extranjeras, viajes imposibles y vidas paralelas. Siempre que tengo uno de estos encuentros fortuitos con Andrea me dan ganas de irme con ella y vivir así, sin echar raíces en ninguna parte, emigrando de aquí para allá según hacia dónde sople el viento y nos lleven las estaciones. Pero en realidad sé que Andrea vive estas aventuras porque ella es así, y crea mundos paranormales a su alrededor, esté dónde esté.

Andrea es un buen augurio. No sé de qué, pero las cosas no pasan nunca porque sí. Si ella ha aterrizado en Barcelona, será porque algo bueno se debe cocer por aquí cerca...

*la chica del vídeo es Sara Tavares, una portuguesa de Cabo Verde sin la cual, un domingo nunca sería perfecto del todo...

miércoles, 19 de marzo de 2008

Nueve millones de bicicletas en Beijing

Te pasas la vida intentando ser fuerte. Luego descubres que lo de verdad es útil es aprender a ser débil, porque quieras o no la vida te va a apalear. Aprender a perder, a despedirse, a pasar días malos y levantarse para ir a trabajar aunque no tengas ganas.

Albert Espinosa acaba de publicar un libro que se llama EL MUNDO AMARILLO. Es un libro genial, un compendio de sabiduría acumulada en los diez años que pasó de hospital en hospital conviviendo con un cáncer. Me gustan mucho dos cosas de Albert: primero, su sentido del humor. Segundo, su afán por coleccionar frases, objetos, recuerdos...Tendríamos que ser capaces de quedarnos con algo bueno de cada día...aunque sea la canela que Míriam le ha puesto a mi cortado, o la cancioncilla de Katie Melua con la que Carmen se ha empeñado en abrir el documental sobre Beijing...

martes, 18 de marzo de 2008

La crema de espinacas catártica

Llevo cuatro días encerrada en casa con un trancazo espectacular (eso me pasa por creerme demasiado lo de las golondrinas). Quizá es que estar enferma me hace sentirme más sola y más falta de cariño, o quizá me tocaba desmoronarme ya por estas fechas...A la mierda todo. Hoy no puedo con el mundo, y quiero llorar por los rincones.

Aunque para precisar y aumentar el patetismo del asunto, la crisis ha empezado con la crema de espinacas del Oviso. Sí, parecía un simple puré de verduras, pero ah!, no hay que subestimar la propia capacidad de dramatizar lo indramatizable.

Porque clemen y yo hablábamos en idiomas distintos en muchas ocasiones, pero formábamos un tándem formidable en la cocina. Y la jodida crema de espinacas se nos daba de puta madre. Era un clásico de nuestras comida-merienda-cena- de las siete de la tarde, y, oh desgracia, esa que humeaba en mi plato, no le llegaba ni a la suela del zapato a la nuestra.

Odio que algo tan absurdo e inócuo como un puré de verduras me joda el día, pero por el otro lado, qué carajo, ya me he hartado de jugar conmigo misma al juego de a-ver-quien-de-las-dos-lo-lleva-mejor. Está claro que yo no, y a la mierda con tratar de aparentar lo contrario, ¡te encuentro hasta en la sopa! Sigo creyendo que lo nuestro se ha terminado, pero hoy la certeza de hacer lo correcto no me llena ni mierda, de hecho, me hace sentir peor porque te echo de menos, y sé que esas gilipolleces que hacíamos, como cocinar a cuatro manos a horas intempestivas, se acabaron.

Así que me he entregado a la catársis de la crema de espinacas y he decidido que hoy no iba a ser el día de levantar el país. Total, estoy medio enferma y tengo excusa.

sábado, 15 de marzo de 2008

Golondrinas y cosas buenas


Dice el ornitólogo que las golondrinas ya están llegando. Eso es bueno, quiere decir que el invierno ya se está acabando.
Que vienen tiempos mejores.
Me gustan esos bichejos, y sus grititos. Me recuerdan a esas pequeñas grandes cosas que tiene el verano. Como las camisetas de tirantes, las sandalias y los pantalones de lino. Salir del trabajo y que sea de día. La horchata de la sirvent, las terracitas en la calle. Las bicicletas, las vacaciones. Las chicas morenas y las lecturas de playa.

domingo, 9 de marzo de 2008

Pequeña gran superpotencia

Aún no hay sondeos definitivos.
En el peor de los casos, si ellos vuelven, puedo quedarme sin trabajo, pero...volveremos a las barricadas.

En el fondo, fue un gran momento de mi vida: me colgué de un activista que me metió de lleno en manifestaciones cada semana, charlas, debates, foros...nos sentíamos una pequeña gran superpotencia (como dijo Saramago) contra el malvado señor del bigote. Salíamos a la calle y colapsábamos la ciudad, gritando consignas idealistas de paz y amor. Yo no tuve Woodstock, ni el mayo del 68, no corrí delante de los grises ni salí a pedir el estatuto de autonomía...pero sí viví todas las manifestaciones del NO A LA GUERRA y a veces añoro esos tiempos de fervor revolucionario...

Por eso, si ellos vuelven...siempre nos quedará París.

domingo, 2 de marzo de 2008

Planeta domingo

Qué bien. Me encanta esa sensación de "estreno mundo". Salir a la calle y que la temperatura sea perfecta, la hora sea perfecta, todo esté en su lugar, como si se tratara de un escenario pactado para que tu vivas ese momento sin que nada ni nadie te lo estropee. Estrenas la calle, el aire que respiras y la luz del día. ¡Estrenas planeta! Y en este, las reuniones duran el tiempo justo para poder tomar un té con alguien que hace tiempo que no veías, y el té dura lo justo como para ir a ver una película que creías que ya no estaba en cartel...pero que sigue allí sólo para tí, y para este momento.

Mañana, de vuelta a la Tierra, dónde el tiempo, el espacio y las temperaturas no obedecen las necesidades es esta mortal...

(Ellos son Glen Hansard y Marketa Irglóva, cantando el tema principal de ONCE, Falling slowly)

Me gusta como conduces

Según un estudio, los españoles se declaran excelentes conductores, pero creen que el resto de la gente conduce fatal. Y seguro que si son hombres, dirían que las mujeres son un peligro. Lo mejor es que el estudio revela que el perfil del buen conductor es...mujer y con estudios universitarios, mientras que el del mal conductor es...hombre, joven, y conductor habitual.

Dice mi jefa que los tíos se toman la conducción como algo relativo a su virilidad. Lo cual vendría a explicar porqué creen que ellos son los únicos en todo el planeta que saben llevar un coche.

Pero no sé. A mi no me parece que sea masculino. Me gustan las mujeres que saben conducir. Es algo raro, pero me resulta muy sexy...Quizá porque yo sería un desastre al volante.