sábado, 8 de diciembre de 2007

primos

INTERIOR. NOCHE. COCINA
Miti está saqueando la nevera antes de salir, Mamá cocina. De repente, mamá se gira con sonrisa beatífica, aparentando normalidad.

mamá miti:
Tu primo Ezequiel vendrá a Barcelona a pasar las Navidades...como está en Finlandia y le queda cerca...
miti:
Ah, qué bien. ¿Tengo un primo finlandés?
mamá miti:
No, inútil. Es argentino, de Salta, el hijo de la Teresa, la prima de tu padre...
miti:
(inaudible) Aaah. Claro. La Tere.
Miti engulle una tostada a toda prisa, mientras mira de reojo a su madre, que sigue comportándose de forma alarmantemente apacible y normal, a pesar de que hoy tampoco va a cenar en casa, ni piensa venir a dormir en todo el puente...
miti:
Bueno, mamá, me voy que tengo que...
mamá miti:
Tu quieta ahí. Te vas a encargar de pasearlos los días que esten aquí, ¿eh?
Cachis. Ya sabía yo que aquí había algo raro.
miti:
A ver, a ver, vayamos por partes...¿cúantos días has dicho? ¿qué quiere decir pasear?...
mamá miti:
Bueno, estarán aquí un mes...se trata de que vean la ciudad, te los llevas de fiesta...
miti:
Un momento, ¿has dicho esten aquí? ¿No era el primo Ezequiel...?
mamá miti:
Él y un amigo gualtemateco. Te lo vas a pasar fenómeno, Ezequiel es un chaval divertídismo, además os váis a entender, toca la guitarra y la Tere dice que canta cualquier cosa...Y despeja tu habitación que tendremos que preparar las camas.
Mamá dá el tema por zanjado. Hombre, si toca la guitarra...eso ya es otra cosa. ¡Joder! Un mes es mucho tiempo...o me lo llevo al submundo bien advertido de coserse la boca ante mis familiares (...sabes, abuelita, la mayor de los de barcelona es la jefa de un cártel de lesbianas...) o lo suelto en el centro con un buen mapa y un abono del metro...Digo yo que si el chaval puede sobrevivir en Finlandia, le será facílisimo apañárselas en Barcelona...Aunque en realidad...puede ser divertido. Al menos tendré una coartada estupenda para desparecer todas las noches...

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Luces..., ¡acción!

Cuando eras pequeña, decir que la Navidad te daba asco te convertía en la niña más friki y amargada de la clase. Luego resulta que te haces mayor y renegar de la Navidad es imprescindible para ser cool.

Pues a mí me gusta. Sobretodo, me gustan las luces. Me quedaría embobada mirando horas y horas cómo se encienden y se apagan, sin pensar en nada, dejando que, por unos días, todo se pare.