miércoles, 12 de mayo de 2010

París



- Nunca he ido a París.
- Yo te llevaré. Iremos juntas a París. Prométeme que no irás si no es conmigo.
- Te lo prometo.

Rufus estaba melancólico. Y se me pegó. Mientras cantaba Leaving for Paris, recordé que algunas ciudades estan malditas, que algunos planes estan malditos, y que las maldiciones, en el fondo, molan. ¿Qué emoción tendría, si no, desafiar al destino?

4 comentarios:

Emma dijo...

Tú si que puedes usar esa frase de 'siempre me quedará París...' :p

Ana Gordillo dijo...

ayyy, tú también fuiste? es uno de los cantantes que tengo vetados these days...
Si los planes se truncan es por algo...

Nima dijo...

no era el momento..

miti dijo...

Esto es como los cuentos: Se requieren un par de ocasiones fallidas, con maldición de por medio, para crear expectación. A la tercera, esto sólo puede terminar en plan cuento de hadas o en plan Perdidos.Lo mire como lo mire, es emocionante. ¿Cúantas ciudades habrá en el mundo que no conozca y me importen tanto?

Uf, Ana, Rufus ayer estaba vetadísimo...la última vez que vino a Barcelona cantó con su madre, y todo el concierto fue como una especie de homenaje a ella...terminó con una canción suya y le caían unos lagrimones...fue super bonito pero de abrirse las venas...