jueves, 28 de julio de 2011

Fin del mundo

Compras dos latas de cerveza y unas patatas. Esto es una especie de cita, pero ya me advertiste que no me arreglara.

-¿Dónde me llevas?
- A un lugar secreto, al fin del mundo.

En realidad, me parece imposible que haya lugares secretos, a estas alturas, en la ciudad. Pero sí, los hay. Y con unas vistas de Barcelona de 360 º, y nadie, absolutamente nadie alrededor. Viejos búnkeres anti-aéreos entre la maleza, plazas de cemento, y la ciudad, allí dónde dirijas la vista. Barcelona siempre ha vivido de espaldas a estos barrios. Las calles tienen nombres impronunciables, como si cuando hubieran decidido ponerle nombre ya estuvieran los mejores cogidos y sólo quedaran estos. Son calles con una pendiente vertical. En los años 80, los movimientos vecinales secuestraron un autobús público para demostrarle al Ayuntamiento que también podía subir por ahí.

- Desde aquí arriba es imposible evitar pensar que somos una plaga. ¿Cómo debía ser esto antes de...nosotros?
- Mmm...si viniera un tsunami ahora...
-¿Llegaría el agua hasta aquí?
- Uhmmm...pongamos que nos mojaríamos los pies.
- ¿Y solo quedaríamos nosotras dos?
- Sí.
-Pobre espécie.

- Mala suerte.

miércoles, 27 de julio de 2011

Coming out

Salir del armario parece un trayecto inacabable, ida y vuelta, ida y vuelta. Vivo cómodamente instalada en un círculo íntimo en el que no debo esconderme de nada, pero estoy harta de vivir una semi-doble vida ante mi familia, en el trabajo, los conocidos...Al principio me decía que a nadie le importaba mi vida privada y que no tenía por qué dar explicaciones, pero es un engorro. Estoy harta de mentir y omitir, así que estoy intentando normalizar las cosas, hacer como el resto e iniciar un progresivo coming out. Pero lo llevo mal. Años en esto y aún actuo como una novata. Se me da fatal. Deberían hacer clases para acertar en el momento, en el tono, las palabras...pero como no he encontrado el manual, he llegado a la conclusión de que no debería haber "un protocolo" distinto.

La estrategia se llama "Juguemos a ser normales", y funciona así: de repente, me presento a los sitios con Marla y la presento como mi novia, como haría la gente normal. La gente que hace años que me conoce y me creía de los suyos sonríe, como si fueran normales, ni parpadea, ni se miran, ni comentan ni sacan el tema nunca jamás. O sea, que en lugar de fingir yo sola, ahora fingimos todos. Y es muy raaaaaro.

¿Soy yo, verdad? A las demás no les cuesta tanto. ¿O si?

lunes, 25 de julio de 2011

Vacaciones

No ha habido manera de cerrar mis devaneos laborales antes del verano, pero ahora me dá igual. Estoy de vacaciones. Es tan maravilloso que no me lo creo.


He ido a la biblioteca, a buscar montones de libros para leer en la playa.


Mi primo argentino está en Barcelona con su novia polaca, y me río mucho con ellos. Él me habla mal de Messi y yo le abucheo.



Sigo con las prácticas. El otro día, en un paso de peatones sin semáforo, ¡dejé pasar a una señora y a un perro!, y todos siguen vivos, y tal.


Los fines de semana hacemos comidas interminables en el jardín de Wysteria Lane. El fin de semana pasado cociné mi primera paella (con la receta de mi padre). Se me pasó un poco. La próxima vez, le toca a Marla (con la receta de su padre).


Tengo dos billetes de avión para irme, muy, muy lejos con Marla. Sí, me costaron caros, pero...siempre seré pobre, para qué engañarnos...así que mejor pobre y feliz que pobre y sin vacaciones.

jueves, 14 de julio de 2011

A mi profesor de la autoescuela no le gusta que diga tacos. Nunca me lo ha dicho, pero el primer día, cuando me preguntó si sabía conducir, le dije que no tenía ni puñetera idea, y ví en su cara que desaprobaba profundamente esa expresión en una señorita. Desde entonces, me reprimo un poco, pero mierda-joder-mierda es bastante inevitable cuando el coche hace lo contrario de lo que tú quieres. Tampoco me grita. Todo el mundo me dice que siempre gritan, pero él no. Con su voz aflautada, me riñe en el tono suave pero profundamente irritado de los maridos que odian a sus esposas: "claro, no controlamos el volante pero en lugar de quitar gas, le damos gas, pues muy bien, así nos va" "en meeeedio de los dos carriles no, cariño, ¿no ves que los coches de atrás no pueden adelantar?" "no apretamos el embrague cuando toca, y eso es lo que nos pasa. Coche calado y entorpeciendo el paso, tú lo has querido..." Pero lo peor estaba por venir: hoy ha decidido premiarme y ha puesto la radio del coche: escucha Intereconomía. Mierda-joder-mierda.

sábado, 9 de julio de 2011

- No estamos ni en do. No deberías tener ninguna dificultad para cantar esto.
- Blo, blo, blo, blrrrrghh.
- No, no, no. Dí: "¡BLO!"
- blo
- ¡Con fuerza! ¡BLO!
- blo
- ¡Cómo si insultaras a alguien! ¡BLO!
- blo.
- ¡BLO!
- blo...mira, lo siento, creo que no puedo. Estoy agotada. No puedo enfadarme, ni proyectar mi voz, ni hacer nada que no sea sentarme en esta silla y respirar. Necesito vacaciones.

Mi profesora de canto se levanta, se va a la cocina y vuelve con un vaso gigante de yogur líquido y una madalena, y me deja merendando frente al piano. En ese momento me gustaría abrazarle y llamarle "mamá".

martes, 5 de julio de 2011

Arrancar-frenar

Hay tres pedales y yo sólo tengo dos pies torpes. Mi profesor de la autoescuela se lamenta por el sufrimiento que infrinjo a su querido coche, sin tener en cuenta que yo también estoy sufriendo y que podría haber matado ya a más gente de la que se lo merece. Los peatones que cruzan sin mirar deberían saber que están viviendo peligrosamente y deberían sentirse agradecidos con la vida, que les regala una segunda oportunidad cada vez que nos encontramos.

Arranco bruscamente. De repente, he encontrado la maldita manera de quitarle el freno de mano a mi vida. He medio convencido a mi jefa para que me dé una oportunidad, y ahora sólo queda que yo me convenza del todo que puedo hacerlo. He comprado unos billetes para irme de vacaciones con Marla. He hecho cien mil planes para el año que viene, con la ingenuidad temeraria de quién de repente comprueba que el coche funciona y que incluso acelera si le das gas.

No sé frenar a tiempo, y cuando me doy cuenta, me jodo a mí, al coche y a las cervicales del personal que va conmigo. Me he dado cuenta que debería calcular con más previsión y empezar a reducir velocidad ahora, antes de estrellarme contra la realidad y sus semanas de sólo siete días con sólo 24 horas en septiembre.

Arrancar-frenar. Ya, ya sé que todo esto es muy básico. Pero qué quereis, sólo llevo dos prácticas.