domingo, 11 de marzo de 2012

Perruna

- Esta chaqueta la voy a tirar.
- ¿Por qué? A mi me gusta.
- Tiene la cremallera rota, ¿ves? Todo lo que cierra se abre.
-¿A ver...? No parece rota.
- Eso es lo peor de las cremalleras rotas, que no lo parecen. Y me sale más caro cambiar la cremallera que comprarme la chaqueta nueva. Es una pena, porque me gusta, ¿eh? Siempre les pasa lo mismo a las chaquetas de cuero, te gastas una pasta y luego se les jode la cremallera...pequeños detalles pero que se cargan por completo la utilidad de una chaqueta...la vida es así de puñetera...
- Anda, ten, ya cierra.
- ¿Cómo lo has hecho?
- La he mordisqueado un poco.

Y me sonríes perruna, ojos achinados, hoyuelos mágicos, tus dientecillos afilados asomando debajo de tus labios finitos. Sí, a mí también me arreglas con un par de mordisquitos. Fuiste elegida por el lado luminoso de la Fuerza, pequeña palowah...