lunes, 25 de enero de 2010

Desde Rúsia con amor

Es domingo por la tarde y me queda más de una hora en el transiberiano. Me gusta la primera parte del viaje, cuando el recorrido sigue el Volga, pero pasada la parada del cremallera de los Urales el viaje se me hace eterno. Dice la rusa que es porque empiezo a acostumbrarme al trayecto. Yo creo que el problema es más bien que me acostumbro a estar con ella y por eso el viaje de vuelta me pone de mal humor. Aunque vuelva cargada de souvenires:

- Eres como Ibrahimovic.
- ¿Por lo de matón chungo o por la nariz?
- Por lo de gigantón bueno.
- No soy gigante. Sólo un poco. Es...por el pelo...pero no soy...
- Me gusta Ibra. Y Xavi. Yo soy como Xavi.
- Ah, no, no, no no. Tu eres más...Alves. Sí, ¡eres Alves!

Me río sola en el tren. La gente del transiberiano deben pensar que estoy chalada.

Karma bollo



















Las reglas del karma bollo establecen que, si te gastas tus ahorros regalando en Navidad una sesión de spa para tus amigas, tu generosidad sea recompensada con compartir el balneario con un montón de tías sacadas del catálogo de Victoria's secret.

jueves, 14 de enero de 2010

Cuesta la cuesta



Llevo semanas escondiéndome de mil modos de LA PREGUNTA.
Pero hoy me he enfrentado al gran líder espiritual de nuestra sociedad. Nadie cómo él te revela las grandes verdades de la vida, ni siquiera mi madre:

Cajero automático:
¿Imprimir saldo?
Miti:
Jo-der.
Cajero automático:
¿Y qué querías? ¿Recuerdas que tocaba el segundo pago de la matrícula de esas asignaturas que te quedan y que no te estas tomando en serio? ¿El examen de inglés al que no te presentaste? ¿Que llevas dos meses sin trabajo y te has gastado en Navidad más que nunca? Hala, hala, imprime y reflexiona sobre ello.
Miti:
De hecho, venía a sacar dinero.
Cajero automático:
Pues nada, tú misma, pero...¿ahora qué? ¿Qué vas a hacer con tu vida?


He vuelto a casa compungida. Tiene razón el cajero...hay que volver al ruedo.

domingo, 10 de enero de 2010

A mi hija le gustan las mujeres (round 2)

Estamos en casa. En Cuatro dan El retorno del Rey. Frodo, Sam y Gollum han llegado frente a Minas Morgul. Yo acabo de volver de Minirússia e intento evitar ESA conversación con mi madre:

Mamá:
¿De dónde vienes?
Miti:
Eeeeh.
Mamá:
Dice tu padre que has salido de casa a las 6h de la mañana.
Miti.
Eeeeh, sí. Es que...he quedado para desayunar.
Mamá:
¿A las seis? ¿Un sábado? ¿Es que salieron de fiesta y...?

Miti

(usando la estratégia más antigua del mundo, hábilmente puesta en escena por mi madre cuando mi abuela le pregunta por mis novios en Navidad) :

¿Y ése quién es? ¿Pero no estaba muerto?

Mamá:

No...el que muere es el otro, su hermano...
Miti:
Sí, Boromir-va-a-morir. ¿Y este quién coño era?
Mamá:
Faramir-casi-va-a-morir.
Miti:
Ah.

Me he salvado, y aún así, no estoy contenta. La semana que viene, cuando vuelva a coger el tren de las 6.36h a Minirússia, ¿qué le voy a decir? ¿Que hay mucha cola en la churrería? Ya sé que hicimos un pacto de no-me-meto-no-pregunto, pero esto empieza a ser fastidioso. Así que tomo la decisión de contarle la verdad. Las almenaras de Gondor arden pidiendo ayuda.

Miti:
Eeeeh.

Pienso la frase en mi cabeza una y otra vez, pero me da terror atacar el GRAN TEMA TABÚ. La batalla del abismo de Helm termina y yo sigo dándole vueltas a la frase. Elrond entrega Narsil a Aragorn. Esto es absurdo, ya soy mayor y no tendría que costarme tanto.

Miti:

Eeeeeeh...estoy saliendo con una chica de Minirússia...y es por eso que cojo el tren tan temprano. No es que quiera contártelo, es que tampoco quería que pensaras...


Ella-La-Araña está a punto de merendarse a Frodo. Mi madre sigue impertérrita.

Miti:
...que estoy haciendo algo malo.

¡Oh, Sam viene a salvarle! Mi madre me dedica una sonrisa pequeña, pequeña, pequeña:
Mamá:
¿Y vas y vienes de Minirússia el mismo día?
Miti:
Sí.
Mamá:
Vaya.

Precisado el detalle, mi madre vuelve a la película como si nada. Yo pagaría un penique por sus pensamientos, aunque no sé a cúanto está el cambio.

jueves, 7 de enero de 2010

Para...

Para los señores de mi compañía telefónica, que se frotan las manos,
para los revisores de la R5, que me ven recorrer la línea de arriba a abajo,
para mis eventuales compañeros de trabajo, que no saben porqué me duermo,
para los taxistas de la ciudad, que me ven silabear tu nombre, ausente,
para mis amigos, que saben exactamente qué significa esa sonrisa,
para mis padres, que no entienden qué estoy haciendo en mi vida,
para la parte de mí que llegó a creer que esto no iba a suceder,



Estoy oficialmente enamorada de tí.
¡Que tiemble el mundo!

martes, 5 de enero de 2010

Far from home


Echo de menos ser la becaria centenaria de Radio Ficus. En todas partes oigo las musiquillas que usábamos de separadores entre los bloques de publicidad, y me entran ganas de verles a todos. No me gusta ser azafata. Tengo que pensar qué quiero ser de mayor antes de hacerme vieja.