jueves, 18 de octubre de 2012

Compás 84

Sí, no estaba mal, pero Midori sabe que el compás 84 ha sido un desastre. Se mira los dedos ligeramente deformes, y se extraña en no encontrar los callos exactamente en su sitio. Eso es. Sus manos ya no son esas máquinas perfectas de ejecutar melodías. Fastidiada, empuja el estuche del violín con el pie y empieza a recoger sus cosas.
- Oye, Midori...¡no sabía que tocabas tan bien!

- Gracias. (Maldito compás. Tu qué sabrás.)

- ¿Por qué no te presentas a las pruebas para la orquesta nacional? Aún estarías a tiempo de preparar las audiciones. No eres tan mayor, aún...

- No. Gracias. Hace tiempo que perdí ese tren.

No sabe por qué ha dicho eso. Debe ser verdad. Quizá sí. Ya está. Se terminó correr sin parar. Demasiados años pagando el precio altísimo de correr detrás del tren. A la mierda. Con la diferencia de precio, Midori se está comprando poco a poco una vida mejor. Aunque eso sí, esa vida está borrando los callos de sus dedos y jodiendo el compás 84. Bien. Un precio razonable.