lunes, 14 de noviembre de 2011

Vamos de paseo

He logrado convencer al examinador de que puedo conducir un coche sin representar un peligro para la sociedad. Ahora me queda la parte difícil, que es convencer a mi padre que puedo conducir SU coche sin representar un peligro para el mismo.

Compungida

- ¿Cómo es posible que haya empezado la reunión sin el informe? ¿Qué ha pasado?
- Lo siento mucho, señor, ha sido todo culpa mía, me he confundido. El informe estaba bien, he sido yo...
- Señorita Hisaishi.
-¿Sí, señor?
- Es la última vez que acude a mi despacho con ese discurso de "es todo culpa mía". No me gusta ese tono compungido. ¿Lo ha entendido?
- Eeeh...de...acuerdo, señor.

Midori Hisaishi ve la cara de su jefe, que no sonríe ni un ápice, y entiende que la toma por idiota. Una cosa es dar la cara y la otra, suplicar perdón de rodillas por cualquier tontería. No es que Midori sea precisamente humilde ni masoquista, es que aún no se acostumbra al mundo real, ni a la ausencia de broncas y humillaciones públicas. No puede evitar sentirse compungida toda la tarde, pero al menos, a ese sentimiento se le añade cierto cabreo.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Siga de frente si no le indico lo contrario

Si haces una encuesta rápida entre tus amigos con carné de conducir, la mayoría de ellos han sido:
- timados económicamente
- timados lectivamente (la mayoría de ellos aprobaron sin saber lo básico)
- maltratados, humillados, insultados y acosados por profesores que cumplían, al menos, tres de las siguientes características:
- fumaban dentro del coche
- corregían a sus alumnos a gritos con todo tipo de comentarios despreciativos
- Hacían comentarios racistas, machistas, homófobos...
- Mantenían largas conversaciones privadas al teléfono durante las prácticas
- Eran impuntuales, poco organizados o directamente trapicheadores
- Usaban las prácticas para hacer recados
- Enseñaban a los alumnos a saltarse las normas de circulación

Lo cual me lleva a resignarme a estar dentro de la normalidad, y a preguntarme cómo puede ser aceptemos que como normal que tipos a los que estás pagando 46 euros la hora te griten para enseñarte mal. Lo mínimo, es ser amable mientras te atracan, ¿no?