jueves, 17 de septiembre de 2009

Retranca gallega

Estoy comiendo un bocadillo (de tortilla) en Salcedo, a 25km de Santiago. Está lloviendo a mares y estoy empapada, así que he decidio hacer un alto en el camino. No tiene pinta de querer parar de llover. Me encanta el sentido del humor gallego:

Ciclistas gallegos a un señor mayor (Pepiño):
No llueve muy a menudo por aquí, ¿eh?

Pepiño:
Nooo, qué va, aquí no.
Aquí dentro
(del bar) no llueve casi nunca. Ahora, si me dices fuera...

Pepiño tiene más de noventa años. Se me acerca a preguntar de dónde vengo, hacia dónde voy...o eso creo, porque habla en gallego y entiendo la mitad.

Pepiño
¿Y tu marido ya te deja ir sola?

Miti

No estoy casada.

Pepiño

Pero tienes novio...

Miti

No, estoy soltera.

Pepiño

¡Pero cómo! ¿¡Y eso por qué!?

Miti

Pues no sé, ya se lo preguntaré al Apóstol cuando lo vea.

Pepiño

Uy no, para eso no te fíes de Santiago, que su caballo da muchas coces (¿?). Yo siempre he sido soltero, y ¿ves?, estoy de maravilla. Me gusta acompañarme de mujeres jóvenes, pero claro, a mis noventa años luego no puedo hacer nada...

Me lo dice tan serio que por un momento creo que le he entendido mal...pero no, qué va. El tio se parte de risa y nos invita a orujo de hierbas a todos: ¡Al mal tiempo buena cara!

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