martes, 15 de septiembre de 2009

En Camino


Hay algo mágico en estos bosques. Aunque me duelan los pies y me pese la mochila, estoy feliz de haber venido. A ratos la gente me acompaña durante unos kilómetros y me cuenta su vida. Luego nos quedamos a solas el bosque, las vacas y yo.
No sé si estoy arreglando el mundo desde aquí, la verdad. Cuando estoy caminando no puedo pensar en nada. Todas mis fuerzas se van en aguantar los veintitantos kilómetros de cada día. Pero quizá se trate de eso, de no pensar. Caminar por aquí es como pensar con los pies. Quizá tocaba darle un respiro a la cabeza y cuando la vuelva a conectar esté más inspirada para saber qué hacer con mi vida.
O quizá tenga que estar más al límite de mis fuerzas para tener revelaciones y esas cosas. Lo único que sé es que cúanto más me acerco a Santiago, menos quiero llegar.

1 comentario:

Ana Gordillo dijo...

otra vez yo... es que estoy harta de leer los comentarios de las hijas de Zapatero y hacía mucho que no me pasaba por tu blog.

"Pero quizá se trate de eso, de no pensar" yo creo que es una meditación dinámica. Ays, me están entrando ganas de hacerlo.