jueves, 2 de abril de 2009

Peinados y accesorios

Cuando voy en el metro me fijo en las chicas. Siempre lo he hecho, incluso cuando creía que era hetero. No sé, hay quién lee el periódico...Últimamente estoy coleccionando peinados: me está creciendo mucho el pelo y no sé qué hacer con él. Tanta feminidad me está sobrepasando, nunca he sido buena peinándome. Yo era la niña a quién la maestra le hacía coletas por piedad...y en una hora volvía a parecer tío Eso. Así que últimamente voy en metro e intento aprender de las chicas que llevan el pelo tan diligentemente recogido con sus horquillas y demás trastos...¿dónde y cuando aprenderían a hacerse esas cosas? ¿Qué estaría haciendo yo en ese momento de mi vida? Seguro que nada bueno ni femenino. Ains.

En la mudanza de Clemen aparecieron unos pendientes míos que me gustaban mucho. Cada tarde, cuando volvía del instituto, me encontraba en el metro con una hippy que vendía pulseritas y chorradas de esas. Yo me paraba, pero no para mirar los pendientes, sino para mirarla a ella. Era rubia ceniza, con los ojos verdes, el pelo muy largo...me gustaba mucho, pero por aquel entonces yo no lo sabía. Un día me preguntó si quería algo (obvio), y cómo me vió dudar, decidió que quizá era porque no había pendientes que fueran conmigo. Así que al día siguiente, cuando yo pasaba por ahí, me llamó y me dijo:

- He hecho estos para tí. Los que tenía ayer no te iban a quedar bien porque tienes el pelo muy corto, pero estos te quedaran fenomenal. Y claro...si no los quieres no pasa nada, eh? Pero pienso que realmente son para tí. Además, los he hecho con estas semillas del Brasil, que traen suerte...

Evidentemente me los compré. Durante mucho tiempo, nos saludamos cada tarde. No sé si me han dado suerte...pero me traen buenos recuerdos y me alegro de haberlos recuperado. Me los volveré a poner. Quizá también me quedan bien con el pelo largo.

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