viernes, 4 de mayo de 2012

Una bicicleta desaparecida...

Estoy atrapada por una historia real.
¿Cuántas noticias horribles, tremendos dramas e injusticias nos llegan al día? Montones. Sin embargo, desde que leí sobre la historia de Patricia Heras, mi cabeza no deja de dar vueltas sobre su caso. He acabado leyendo su blog compulsivamente. Estoy en shock por lo kafkiano y repugnante del asunto, y a la vez seducida por la personalidad extraordinaria, inteligente, irónica, sensible, que desprenden sus cartas desde la cárcel.
La historia me ha tocado y no se va, de ningún modo. Supongo que es bueno. No debería irse de la cabeza de nadie, en realidad.





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