martes, 25 de noviembre de 2008

Suertuda



Una araña de dos milímetros me invitó a comer el viernes.
Apareció tan pancha entre la lechuga de la guarnición mientras yo intentaba separar toda la cebolla (por el bien de todos los que me tienen que aguantar el resto del día).
No me quisieron cobrar, aunque no monté ningún escándalo, y además, me hicieron un mega batido de mango, naranja y fresa.

Además, al salir de ahí, encontré la única zapatería en la que deben vender botas de mi número (qué discriminadas estamos las del 41), en el color que yo quería y sin tacón. Las estrené esa misma noche, saliendo a cenar con los compañeros del trabajo (primera vez que me invitan a sus saraos) y cerramos la discoteca, no sin antes encontrarme un billete de 5 euros junto a la barra.

Lo que hace una araña de dos milímetros.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

qué guay!!

...pero...segura de que fue la araña?

Anónimo dijo...

Eso es para compensar el pasado "día NO"
Una vez me encontré un gusano facellido en mi zumo de naranja. También fuí discreta y avisé al camarero. Y ya no volví más, porque esperaba que me hubieran invitado.
Dónde está esa zapatosteria? No para mí, claro...

Anónimo dijo...

vaya potra.. mmm mi novia tb hace un 41, vaya llesca