domingo, 17 de febrero de 2008

La cruda verdad

Ayer comí crudo: tártaro de salmón, con cebolleta y manzana, todo aderezado con vinagreta de limón y mostaza. A la mierda la tontería del anisakis. El salmón crudo está más bueno que cocinado, y se prepara a toda pastilla: cortar y servir. Además, los gusanos en cuestión son enormes. Como para no verlos...

Es peor comerse cruda la verdad. Como aceptar que vamos a tardar un tiempo en volver a hablar con normalidad. Que durante un tiempo, nos miraremos, nos llamaremos y nos relacionaremos así, a trompicones. La cruda verdad de que casi cuatro años de relación deja surcos en el camino de los que cuesta mucho salirse.

5 comentarios:

Abril dijo...

pero con el tiempo se sale...

lo de los gusanos haré como que no lo he leído si te parece bien

mua

mitilene dijo...

es la cruda verdad: detrás del exótico nombre de anisakis se esconden unos mundanos gusanos...;)

Anónimo dijo...

No entiendo...lo de los gusanos. He googleeado al sentirme inculta, y ¿quieres decir que en tu salmón había anisakis y tú comiéndotelo tan tranquila, apartando los gusanitos? Qué mal rollito, ¿no?

En todo caso, sea para salmón o la verdad, la clave está en la digestión, que lleva su tiempo...

Bexitos!

mitilene dijo...

A ver, ¿pero qué os pasa?
Que no me como el pescado crudo con gusanos, ¡joder!
Hace un tiempo se lió una alarma social absurda con el tema del anisakis, y la gente estaba paranoica diciendo que no se podían comer ni boquerones en vinagre. Sólo pretendía desmitificar, no ponerme gore...¡cómo sois!

Anónimo dijo...

Miti...no te enfades, va, que sólo ha sido un malentendido. Pero me alegro, vaya, que no fueras apartando gusanitos, que algo gore sí sería. Gracias por aclarar, ahora lo entiendo.