miércoles, 6 de octubre de 2010

Patio de Colegio

El otro día los telediarios abrieron con unas imágenes de unos señores jugando un partido de fútbol de costellada. De repente, uno se acercaba a su marcador contrario y le pegaba una patada en la entrepierna.

La gracia del asunto es que el agresor era el presidente de Bolivia, Evo Morales, y el agredido, un político del partido rival. Los del noticiero estaban especialmente preocupados porque ni siquiera le habían mostrado tarjeta amarilla al presidente. A mí, directamente, lo que me fascinó fue la idea de que Gobierno y Oposición disputen partidos de fútbol. Que luego aprovechen para aporrearse me parece inevitable y lógico, con los tiempos que corren.

Eso es justamente lo que le falta a la política española para lograr que la ciudadanía se implique en la democracia. ¿Para qué montar elecciones, debates, plenos...pudiendo hacer partidos de fútbol? Ya tienen los mismos vacíos, cansinos y repetitivos discursos que los jugadores de fútbol, la tendencia al bipartidismo de la Liga, la misma ciega y estúpida rivalidad y prácticamente la misma efectividad sobre la realidad social. Podríamos dejar a los políticos encargarse de la Liga, y a los fútbolistas...¿de la política?

1 comentario:

Murmi dijo...

Jeje, pues eso parece... Mira a Romario, y no es el único. Parece que en esta sociedad sólo importan los iconos mediáticos... Aunque tal y como va la política, peor no irá, no?
(Vote for Puyol!)