"Sr Neff, ¿por qué no se pasa mañana a las 8:30?. Estará en casa".
"¿Quién?".
"Mi marido. Tiene muchas ganas de hablar con él, ¿no?".
"Sí, pero estoy empezando a cambiar de idea, ya sabe...".
"En este estado hay límite de velocidad, Sr. Neff: 70 km. por hora".
"¿A qué velocidad iba, agente?".
"Yo diría que a 140".
"¿Y si se baja de la moto y me pone una multa".
"¿Y si le dejo ir con un aviso por esta vez?".
"¿Y si no le hago caso?".
"¿Y si tengo que pegarle en los nudillos?".
"¿Y si me pongo a llorar y apoyo la cabeza en su hombro".
"¿Y si intenta ponerla en el hombro de mi marido?".
"Eso lo aclara todo"
En el cine negro hay tres tipos de mujeres: las malas, las muy malas y las fatales. Philis Dietrichson (Stanwick) es de esas, claramente. Pero en el género noir existe un arma particular para combatirlas que en la realidad no tenemos: el diálogo. Qué grandes las réplicas, y que inverosímiles. A nadie se le ocurren semejantes brillanteces en los momentos necesarios. Seria útil, como sugería Amèlie, que se escondiera siempre un apuntador en los bajos de las casas para soplarnos las mejores respuestas en esos casos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario