sábado, 4 de septiembre de 2010

Para ser tan rubia no eres tan tonta

Era imposible no verla. Todos los hombres del coro (y servidora) perdíamos el compás cada vez que cruzaba las piernas en la tercera fila. Dios, que pibón. La Mujer Inalcanzable resultó ser amiga de una de las sopranos dos, pero por algún motivo su amiga la dejó tirada. Estaba sola, esperando junto al escenario, y claro...pobre. Nos acercamos a darle conversación. Por cortesía, la invitamos a cenar con nosotros...y para nuestro regocijo, aceptó.

Durante la cena descubrí porqué la habían dejado tirada. Era tonta. No un poco tonta, era tonta de remate. Tenía ese aire inocente de las rubias de las pelis clásicas de humor, el tópico de la chica despampanante pero que no ha salido de su pueblo. Sus intervenciones eran tan marcianas que nos reíamos de ella y la pobre se reía con nosotros. Y de repente, en plena conversación sobre reproducción asistida, La Rubia Muy Legal declaró:

- Pues yo no estoy a favor de la eugénesis. (Aquí hubo un silencio de puro pasmo. No la creíamos capaz de usar esa palabra ni en cienmil años). Este verano me he estado leyendo un libro fantástico que trata sobre un mundo futuro en el que se ha conseguido erradicar el hambre y las enfermedades a través del control genético de la población. Se eliminan las familias, y todos los niños nacen por tecnología reproductiva...y se supone que tiene que ser una utopía, pero luego el libro se posiciona totalmente en contra...

Nos miramos. Al final, el barítono, que había liderado el cachondeo de los chistes sobre rubias, le dijo lo que todos pensábamos:
- ¿Te has leído Un mundo feliz...?
- Ah, puede ser. No sé cómo se llama en español. Como me lo he leído en inglés...

Zas, en toda la boca. Luego volvió a la normalidad. Sus siguientes palabras fueron:
"Oh, qué bien, el bocadillo lleva roquefort. Me encanta este queso...sabe como...a pies" -risita encantadora, y luego, muy seria:"Que no es que me haya metido nunca un pie en la boca, claro".

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