lunes, 14 de noviembre de 2011

Compungida

- ¿Cómo es posible que haya empezado la reunión sin el informe? ¿Qué ha pasado?
- Lo siento mucho, señor, ha sido todo culpa mía, me he confundido. El informe estaba bien, he sido yo...
- Señorita Hisaishi.
-¿Sí, señor?
- Es la última vez que acude a mi despacho con ese discurso de "es todo culpa mía". No me gusta ese tono compungido. ¿Lo ha entendido?
- Eeeh...de...acuerdo, señor.

Midori Hisaishi ve la cara de su jefe, que no sonríe ni un ápice, y entiende que la toma por idiota. Una cosa es dar la cara y la otra, suplicar perdón de rodillas por cualquier tontería. No es que Midori sea precisamente humilde ni masoquista, es que aún no se acostumbra al mundo real, ni a la ausencia de broncas y humillaciones públicas. No puede evitar sentirse compungida toda la tarde, pero al menos, a ese sentimiento se le añade cierto cabreo.

1 comentario:

Bey dijo...

creo q tengo una sensacion demasiado parecida, varias veces al dia.

bien!