Buscar habitación es como tener muchas citas a ciegas. Nunca se parecen a la foto, y ya que estás, tienes que quedarte. Tienes poco tiempo para decidir si te gustan y poco tiempo para convencer de que tú les vas a gustar: te vendes (tengo trabajo, no fumo) mientes un poco (soy liiiiimpia y ordenaaaaada) y sueltas a bocajarro las cosas importantes e incómodas (por cierto, tengo novia).
Hay quién ni parpadea, las que te dicen que no les parece mal mientras Marla no pise la casa, y los que, presos de la histeria te sueltan perlas como: "no pasa nada, nuestro compañero de piso es gay. Bueno, es supersecreto y nunca jamás lo confesará, pero yo sé que es maricón. Quiero decir, que somos muy tolerantes en este piso...pero yo soy hetero, eh?"
Pero al final, he encontrado lo que buscaba. Las llaves nuevas hacen clinc clinc en mi bolso. Me cuesta creer que realmente estos son los últimos días que pasaré aquí. Pero sí, es real...¡me mudo! Moving in, moving on.
1 comentario:
Jejej, no recuerdo salir tantas veces del armario como cuando daba explicaciones buscando habitación... Es realmente terapéutico.
Enhorabona i sort amb aquesta nova i gran etapa.
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