Café. Tostadas. Periódicos de domingo. Sol. Estamos en septiembre pero aún es verano en Wysteria Lane.
- ¿De qué color la pintarías?
- Ummm. Azul. Como las casas de la isla, ¿te acuerdas?
- Sí...
-Podríamos pintar cositas de cada viaje. Paisajes, casitas...
-Jajajajaja, qué horterada. Sería espantoso.
- ¿Sabes lo que sería más espantoso aún? Tener que quitarlo.
- Ah, no, tú me dejas, tú vuelves a pintar la pared de blanco.
- O podemos contratar a alguien. Para cuando me dejes, quiero decir. No quiero sufrir borrando nuestro imaginario mural de felicidad.
- Ah, no, tú me dejas, tú vuelves a pintar la pared de blanco.
- O podemos contratar a alguien. Para cuando me dejes, quiero decir. No quiero sufrir borrando nuestro imaginario mural de felicidad.
- O sea, que ahora eres tu la que está asustada, ¿eh?
- ¿Yo...? Noooo. Bueno, vale, sí, un poco. Es que no creía que te podría engañar para tanto tiempo.
- ¿Yo...? Noooo. Bueno, vale, sí, un poco. Es que no creía que te podría engañar para tanto tiempo.
- Jijiji. Te he ganado.
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