No creo en nada, pero siempre he pensado que las casualidades no existen y que, por si acaso, es mejor hacer caso de los signos. Justo acababa de enterarme de que iba a tener mi primer día libre en el trabajo cuando me llamó Miyavi y me pidió que la ayudara con su mudanza. No habría problema de no ser que Miyavi se muda al piso de Clemen...concretamente, a la habitación de Clemen, que se va a vivir con su novia.
Decidí que era cosa del destino y que no podía desobedecer una orden tan clara, así que dije que sí. Y la verdad, me fue bien. Ayudé a deshacer lo que ayudé a hacer en su momento, y ver todas las cosas de Clemen en cajas, esa habitación vacía...me hizo sentir como que en parte, yo también estaba haciendo mudanza dentro de mí y cambiando cosas de sitio.
La primavera me está sentando bien. No es que me haya enamorado ni iluminado de repente. Sencillamente, por primera vez en más de un año, tengo la sensación de que todo está a punto de empezar en lugar de sentir que justo se terminó. Y sobretodo, estoy recuperando la capacidad de cerrar los ojos y pedir deseos, pedir, pedir, pedir. Pedirme cosas, pedírmelas porque yo las quiero, no porque nadie las quiera por mí, pedirle cosas a la vida y poner todo mi empeño en conseguirlas...
Joder, estoy viva...y me encanta.